La Compañía Space Adventures, precursora en el mercado del turismo espacial anunció que ofrecerá viajes privados a la cara oculta de la Luna por cien millones de dólares.
La empresa liderada por Anderson, un joven de 30 años, informó que utilizará cohetes rusos para el viaje que podría acontecer en el transcurso de este año. Space Adventures, la Agencia Espacial Rusa y RSC Energía, fabricante de los cohetes Soyuz poseen un programa denominado Deep Space Expeditions que sería el marco en el que desarrollaría la misión que ha sido denominada DSE Alpha.
Los primeros interesados en realizar la misión DSE Alpha tendrán como piloto a un cosmonauta ruso y cada uno tendrá que pagar 100 millones de dólares. RSC Energía, que está a cargo de la sección rusa de la ISS, propone dos variables para efectuar este viaje. Una, en la que la travesía será de 9 días. Aquí el Soyuz es lanzado y se acopla a un impulsor en órbita, que le proporciona la energía necesaria para dar la vuelta por la cara oculta de la Luna, y entonces culminar su recorrido y regresar. La otra alternativa, que transcurriría entre 9 y 21 días, los turistas hacen una escala de aproximadamente siete días en la Estación Espacial Internacional antes de orbitar por la cara oculta de la Luna, lo que les servirá además para aclimatarse al espacio.
La empresa encargada de esta misión sería la misma que estuvo detrás del envío de los primeros viejeros turistas a la Estación Espacial Internacional, el empresario estadounidense Dennis Tito, en 2001, y del llamado primer africano en el espacio, Mark Shuttleworth, en 2002. Esta compañía tiene como meta beneficiar no sólo a las personas que tienen el tiempo y el dinero para ir al espacio, sino también ayudar a todos los programas espaciales internacionales. Asimismo, considera que el turismo espacial no tiene límites, ya que mientras se siga desarrollando la tecnología y más personas puedan viajar se encontrarán vías más rápidas, económicas y seguras para hacerlo. Así, las misiones privadas al espacio están en línea y complementan las exploraciones espaciales de los gobiernos de EE.UU. y Rusia, y abrirán la frontera para el transporte aéreo veloz, que permitiría estar en cualquier parte del mundo en 45 minutos.