El Taj Mahal “La Joya del Palacio”es un mausoleo construido por el emperador musulmán Sha Jahan en honor a su esposa preferida, Mumtaz Mahal, muerta al dar a luz.
Fue construido entre 1631 y 1654 en la ciudad de Agra, India, a orillas del río Jumna. Combina elementos de arquitectura islámica, persa, india e incluso turca y su edificación ocupó a más de 20.000 hombres. Es una joya de la arquitectura mogol y está considerado entre los edificios más bellos de la humanidad, de ahí que haya sido elegido como una de las nuevas siete maravillas del mundo.
Mumtaz Mahal o “Luz del Palacio” era una hermosa e inteligente reina y además consejera inseparable de su esposo. Cuando falleció en el último parto de sus catorce hijos, el emperador Sha Jahan cayó en profunda depresión e inició inmediatamente la construcción del Taj como homenaje póstumo. Según la leyenda, la propia Mumtaz Mahal habría pedido a su esposo en su lecho de muerte que construyera un edificio que simbolizara su amor.
Los materiales de construcción fueron traídos de Arabia, Egipto y el Tibet, así como de varios lugares de la India. A la entrada hay un caravasar para descanso de los viajeros. Una inmensa portada de piedra arenisca abre un florido jardín de arbustos y cipreses con senderos de mármol, y un estanque de lirios en donde se refleja el magnífico edificio.
La edificación es octogonal, de mármol blanco con incrustaciones de piedras semipreciosas talladas como flores y con citas del Corán. Sobre terrazas, a un lado y al otro, se levantan dos mezquitas idénticas, una es para el culto, y la otra es un almacén. Pese a su gran tamaño, el Taj Mahal está tan bien proporcionado y tan finamente labrado que pareciera que apenas si toca el suelo.
Las joyas que adornaban parte de la cámara central como también las puertas de plata originales han sido robadas. El eco del edificio es capaz de sostener una nota musical durante más de 15 segundos.
El Shah Jehan pensaba edificar para sí, en la orilla opuesta del río Jumna, un mausoleo idéntico, pero de mármol negro. Un puente de plata uniría ambas tumbas, pero su proyecto se vio interrumpido en 1658 cuando uno de sus hijos tomó el poder y lo redujo a prisión. El único placer del que disfrutó el Shah Jehan en sus últimos días, fue contemplar al otro lado del río el mausoleo de su amada Mumtaz Mahal.