En la localidad de Rawson se encuentra ubicado el santuario, en el lugar donde murió el gaucho. El sitio es visitado por gran cantidad de turistas, quienes recorren la capilla, el salón de ofrendas y una sala acondicionada para colocarle velas al santo popular.
Conocidos por todos como José, como dice una inscripción frente a la capilla, (la cual es una de las imponentes comparadas con otras construcciones dedicadas al culto popular) el Gaucho José Dolores fue un hombre que dedicó su vida a ayudar a quienes lo necesitaban y por eso ganó grandes amigos como también enemigos muy poderosos.
José Dolores muy querido por los más pobres, andaba por la vida sin poner precio a su trabajo al que se le pagaba con algún animal que él mismo carneaba para compartir con los más necesitados.
Aunque no hay descripciones oficiales, cuentan que era erguido, delgado, de tez blanca y cabello negro. Vestía a la época con bombacha gris ceñida en los tobillos, camisa abierta, pañuelo negro al cuello, faja, sombrero y facón atravesado a la cintura. Por sus habilidades de «manosanta» las madres lo buscaban para curar el mal de ojo, el empacho y otras cosas, y en sus bolsillos nunca faltaba una golosina para los chicos.
El gaucho estaba enamorado de Lorenza Calazar, quien era la sobrina de un comisario que estaba en desacuerdo con la relación ya que no aceptaba a José Dolores, quien a pesar de todo siguió viendo a Lorenza sin hacer caso de las amenazas por parte de su familia.
La muerte lo sorprendió la noche del 14 de febrero de 1858. La madre de su amada en complicidad con el comisario Eustaquio Calazar, lo invitaron a una fiesta en las calles Mendoza y Cenobia Bustos a la cual asistiría Lorenza, allí la policía lo siguió y lo mataron por la espalda en la calle que hoy lleva su nombre.
La calle de tierra que dio inicio a las primeras manifestaciones de fe, fue bautizada con el nombre de Callejón de Dolores. Los lugareños afirman, que era tal la cantidad de devotos que concurrían los días lunes, que siempre se formaban largas colas para poder entrar y ofrendar sus velas al costado del árbol donde fue muerto. El Callejón más tarde fue asfaltado, y se dice que el contrafuerte se hizo con escombros del terremoto de San Juan. El lugar quedo convertido en santuario y es visitado diariamente y en especial los lunes, en que concurre gran cantidad de personas a rendirle homenaje al gaucho José Dolores a quien se le comenzaron a atribuir algunos milagros.