Oahu: Honolulú y Waikiki entre otros sitios muestran los esencial de un pueblo alegre, vital y relajado.
Este sensorial archipiélago goza de un clima que oscila entre los 20 y 30 grados centígrados durante todo el año, nutrido durante el día de una suave brisa.Al llegar , los turistas son abrazados por la energía «Aloha» de Hawai. La población de la isla vive de modo informal y se viste de acuerdo con esto: colores, brillos y alegría.
Este sitio soñado fue la inspiración de escritores destacados, que pudieron sentir que las mujeres son flores virginales, los hombres jinetes de Poseidón y que el cielo desparrama estrellas en una copa, que debe ser bebida junto al mar.
De este modo, resulta imposible no asistir al majestuoso palacio Real: el Iolani. O al Bishop Museum donde se podrá conocer la cultura del lugar y todo lo referente a la historia polinésica. Así también, el olfato inevitablemente dirigirá a los visitantes hasta el barrio chino, donde se ofrecen las más variadas hierbas medicinales.
Hawai es sinónimo de paisajes verdes, arenas blancas y mar azul. Es por eso que en Waikiki, cuna del surf, se podrá alquilar tablas para practicar este deporte. Además, de adquirir camisas hawaianas en las tiendas más prestigiosas del ramo. Por su parte, Waimea es una playa en la que puede observarse surf en invierno, y en verano realizar snorkel. Para esta práctica, la zona es una de las mejores de toda la isla.
Pero este soñado viaje, nunca será completo sin la subida al Diamond Head, un volcán extinto, desde donde se podrá contemplar el colosal mar hawaiano. Y tampoco, sin experimentar el sinuoso ritmo del hula. En esta danza, el pueblo cuenta su nacimiento y sus hazañas. Todos los movimientos y expresiones de sus caras representan alguna cosa. Para ver hula clásico en Oahu, hay que acercarse a Pleasent Hawaiian Hula Show.