Hasta hace poco, era el único país mediterráneo que no había abierto sus puertas al turismo internacional. Sus costas vírgenes, junto a un sin fin de atractivos que brinda su extenso territorio son la atracción de turistas que cada año incrementan su llegada al país.
Libia es un país musulmán y esta situado al norte de África. Limita con el Mar Mediterráneo al norte, al oeste con Túnez y Argelia, al suroeste con Níger, al sur con Chad, al sureste con Sudán y al este con Egipto.
Sus majestuosas ruinas romanas rivalizan con las de Roma, además posee restos de antiguos bastiones griegos, asentamientos fenicios y ciudades bereberes. Cuenta con magníficos castillos en lo alto de sus montañas y oasis en el desierto. Un laberinto de calles se entremezcla en las distintas ferias del antiquísimo mercado de las novias, arábigo, de yerbas y especias, del bronce, herreros, carpinteros, del oro y la plata. Y en muchos de sus rincones los cafés y casas de té son centros de reunión de los ciudadanos que se juntan a fumar sicha o narguilé.
En el año 2007, 350.000 personas visitaron el país, el mayor número de turistas que haya recibido Libia en su historia, afirmaron desde el Ministerio de Turismo. Agregaron que esperan la llegada de un millón de turistas para el año para el 2010. El gobierno actualmente está negociando con empresas extranjeras la construcción de hoteles y centros turísticos con más de 100.000 camas para ese entonces.
En sus costas Mediterráneas, las playas se presentan inmaculadas y de aguas cristalinas, en las mayores ciudades se están construyendo hoteles de primera categoría.
Libia es un país de paz, seguro, tranquilo y es una meta turística de gran envergadura para el futuro que aspira a lograr un turismo cultural y selectivo.