Declarada Patrimonio de la Humanidad, la Habana Vieja ofrece innumerables monumentos, palacios, castillos y museos. Un barrio atiborrado de historia y arte, que debe disfrutarse con calma.
La Habana Vieja es el barrio más antiguo de la capital. Posee alrededor de mil edificios. Está constituida a partir del puerto, el centro oficial y la plaza de Armas. En 1981 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por representar el conjunto colonial más rico de Latinoamérica.
La Habana Vieja ofrece paseos de gran interés entre los que también se encuentran coloridas callejuelas y colosales monumentos junto con La Plaza de Armas, que es la más antigua de La Habana. Ésta en el siglo XVI fue el centro de la ciudad. Por su parte, la Plaza de la Catedral es la más conocida de La Habana y la rodean mansiones que datan del siglo XVIII. A éstas se suman la Plaza de San Francisco, La Plaza Vieja y otras que también se remontan al siglo XVI.
Por otra parte, se observa un imponente bulevar denominado Paseo de Martí, aunque los cubanos lo denominan Paseo del Prado. Y cerca de la estación central se sitúa La Casa de José Martí, que se abre al público para ser recorrida.
Este antiguo barrio se encuentra repleto de Museos como el de Arte Colonial, Museo de la Revolución (Palacio Presidencial), Museo Nacional de Bellas Artes, Museo de La Comandancia, que muestra aspectos de la vida, trascendencia y vigencia del Comandante Ernesto Che Guevara, Museo del Automóvil, Museo Casa de Simón Bolívar y muchos más. Sitios que en general funcionan en antiguos palacios.
Es cierto que Cuba no es un país de tradición artesanal, como los de Latinoamérica. Esto es resultado del exterminio de la población indígena por la colonización española. Asimismo, en la Plaza de La Catedral los cubanos despliegan un pequeño mercado de artesanías.
Pero la tradición cubana sí se encuentra vinculada al ron y a la producción de habanos; y para intimar con estos productos caribeños resulta imprescindible visitar la Fábrica de Puros Partagas, que también se abre al público para ser visitada con guías. Este es un edificio de 1845 y quinientos obreros trabajan en ella permanentemente. Así también, La Casa del Habano cuenta con una exhibición de tabacos y una tienda. Y, finalmente el Museo del Ron en el que se puede recorrer un circuito guiado donde se muestran antigüedades para producir el licor.
En último lugar, se podría decir además que La Habana Vieja se encuentra atestada de Castillos y Fortalezas , como el Castillo de la Real Fuerza, primera gran fortificación de la ciudad, iniciada en 1558 sobre las ruinas de un antiguo fuerte; o la fortaleza más impresionante de la colonia española: San Carlos de la Cabaña. Y junto con estas, cuantiosas Iglesias, que en su mayoría datan del siglo XVII.
Así, la Habana Vieja es un barrio de visita ineludible, que apela a la nostalgia, al deterioro y al rescate, a la intimidad pero también a la consistencia humana. Un barrio atiborrado de historia y arte que debe disfrutarse con calma, en un paseo que supere el anochecer, hasta encontrarse con el ritmo del son que viene desde la tierra.