Formación geológica de millones de años, donde el agua ha cavado galerías subterráneas en las que estalactitas y estalagmitas asemejan figuras.
La Reserva Provincial Caverna de las Brujas es un Área Natural Protegida desde el año 1992. Es una formación geológica que aún se encuentra en crecimiento y tiene millones de años. Se ubica en el cerro Moncol a 1.930 metros, al sur de Mendoza (a 71 km de la Ciudad de Malargüe), Argentina. Y su ingreso sólo es posible en compañía de guías especializados que proveen del material necesario.
Es un área de gran belleza, donde el agua ha cavado profundas galerías subterráneas. Cuando se ingresa, se observa la Sala de la Virgen. Este nombre se debe a que la forma de una estalagmita se asemeja a la figura de María. Esta es la sala de mayor extensión del recorrido.
En estos amplios espacios abovedados, se produce un goteo de agua constante lo que da lugar al tallado de múltiples formas singulares. Luego, la Sala de los Dioses muestra esta variedad de formas, las que no se han visto deterioradas por su difícil ingreso.
Pero más adelante se llegará, a la Sala de la Estalagmita Gigante que le da nombre al lugar. Ésta, no solamente sorprende por su belleza, sino por la complejidad de su configuración dada por enormes estalactitas y estalagmitas formadas a través de millones de años de constante goteo.
Si bien los pasadizos fascinan por las paredes esculpidas como consecuencia de las filtraciones, solamente se ha logrado recorrer seis kilómetros de sus galerías, ya que no se ha conseguido llegar al final de ellas.
Si se sigue con el recorrido, se observa que la particularidad de la Sala de los Encuentros es la formación de columnas y telones estalactíticos, junto a bloques de gran calibre. Por otra parte, hay que destacar, que en estos laberintos se encuentra una fauna particular adaptada a vivir sin radiación solar.
Y finalmente, cuando se termina el camino, se llega a la Sala de las Flores, donde se han desarrollado un tipo de estalagmitas parietales que asemejan a hongos o corales.
Por lo tanto, todas estas características hacen de la Caverna un sitio de gran atractivo, e incomparables formas y colores, que exige la experimentación y obliga al deleite.